En tiempos de crisis, hay profesionales que trascienden su función. Uno de ellos fue Ángel Sanz-Briz, diplomático español nacido en Zaragoza en 1910 y destinado en Budapest en 1944. Con apenas 35 años, asumió un rol que excedía cualquier manual: salvó la vida de más de 5.000 judíos húngaros durante el Holocausto.
Aprovechando su puesto en la legación española, Sanz-Briz ofreció protección bajo el pretexto de salvaguardar a “judíos de origen sefardí”, aunque la mayoría de los salvados no lo eran. Gestionó pasaportes, alquiló edificios como refugios, y colocó la bandera de España como escudo frente al horror. Lo hizo sin esperar reconocimientos, guiado por la ética, la humanidad y el poder transformador de una decisión valiente.

En Tajana Experience, proyecto educativo-cultural sobre el legado Sefaradí en España, recuperamos su historia como parte de nuestro Walking Tour en Madrid. Porque creemos que la memoria histórica no es solo patrimonio: es herramienta viva para educar, inspirar y actuar en el presente.
Sanz-Briz continuó su carrera diplomática, con destinos como Washington, El Cairo y Roma. En 1966, fue reconocido como Justo entre las Naciones por Yad Vashem. Su historia sigue siendo un ejemplo de integridad profesional, incluso en los momentos más oscuros.
Nuestro compromiso: contar las historias que merecen ser recordadas y enseñadas, también en las calles de Madrid.

(Archivo de Yad Vashem)