En el corazón de Madrid, en una pequeña calle detrás de la Plaza de la Villa, hay un monumento que pocos se detienen a observar. Es discreto, pero su peso histórico es inmenso: se trata del Memorial de Mauthausen, obra del artista José Miguel Utande, que recuerda a los 449 madrileños que fueron deportados a este campo de concentración y extermino nazi.

Mauthausen, ubicado en Austria, no solo fue uno de los campos más duros del régimen nazi, sino que también fue conocido como “el campo de los españoles”. Allí fueron enviados miles de republicanos españoles que, tras la Guerra Civil, se exiliaron en Francia y luego fueron capturados por las tropas de Hitler. Su destino quedó marcado: trabajo esclavo, hambre y una muerte casi segura. Más de 7.000 españoles fueron deportados a este campo.
Pero el vínculo de España con Mauthausen no termina ahí. El campo fue construido, en gran parte, por manos españolas. Fueron obreros republicanos quienes levantaron los muros de su propia prisión, quienes subieron a la infame “Escalera de la Muerte”, cargando piedras de hasta 50 kilos.

El monumento en Madrid no es solo un recordatorio de la tragedia, sino un símbolo de memoria y resistencia. Durante años, el papel de los españoles en el Holocausto quedó en el olvido, pero monumentos como este nos permiten reconstruir esa parte de la historia.
Desde Tajana Experience, creemos que es fundamental recordar estos capítulos. Porque el pasado nos habla, nos interpela y nos enseña. Y es en cada rincón de la ciudad donde encontramos huellas de historias que no deben ser olvidadas.